Renacer

Tomada del sitio https://www.bebesymas.com/

Salmo 18

1 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía

2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.

¿No les ha pasado que logran unir los puntos de varios eventos al parecer aislados y separados por meses uno del otro y de repente todo cobra sentido?

De esto trata esta historia, una anécdota de un renacimiento, el mío…

He decidido volver a escribir luego de muchos años de no hacerlo. Lo hice de forma regular a manera de blog cuando tuve las revistas ES, Ejercicio y Salud y la revista Mamá Joven y escribía en el editorial mis anécdotas y reflexiones. En muchas ocasiones relaté el asombro ante el resplandor de la luz de Dios y me sentía aliviada y guiada por un propósito cuando alguien me escribía un correo electrónico y me contaba que el editorial le había inspirado. Cómo me nutría eso…

Hoy, vuelvo a la escritura, luego de que en mi camino como comunicadora después de vender las marcas de las revistas se cruzara la televisión con la primera temporada de Contámelo Todo y luego mi primera experiencia en radio con el programa llamado Emprendedores de Vida. Esta huella queda en el podcast con 100 episodios (prometo subir los restantes pronto) y acá en esta página encuentran el link. Pero hoy vuelvo a la escritura como forma de expresión y utilizaré esta página para compartir pensamientos, reflexiones, artículos y lo que nazca en un formato libre que se adentre en mi mente y espíritu. También voy a compartir mi caminar decidido a escribir el libro que salde la deuda con mi pasado y que me conecte con mis heridas, con mi niña, un poco rota, pero mi niña al fin. Cómo le he huido a abrirle la puerta a mi niña, la que sufrió mucho con la muerte de su padre, pero también la que descubrió el amor más puro, ya les cuento…

El tema es que escribir ese libro es como abrir un tubo de emociones, pero en este 2023 siento la fortaleza para hacerlo realidad. En otro post les contaré más sobre este caminar con el libro que he deseado escribir desde hace 35 años, pero por ahora les diré que la fortaleza que he encontrado para iniciar este camino tan emocionalmente empinado, proviene de Dios.

Es como cuando de niña completaba en un libro de pintar una serie de puntos, siguiendo los números hasta que iba apareciendo la figura. En este caso no hubo números, solo se que hasta hoy entiendo la relación de un sueño como un despertar (febrero 2023), una charla de unir los puntos que di a un grupo de mujeres del programa Banca Mujer (noviembre 2022), una docena de cuadernos llenos de fragmentos de la niña durante el Taller de Escritura Mágica (interrumpido desde el 2014 al 2017), un seminario del iris del ojo al que me matriculé para escribir uno de los capítulos del libro (mi padre era oftalmólogo y quería descubrir un poco más de porqué el iris es la ventana del alma), la frase que escuché en este seminario de que mi tipo de personalidad tiende a la depresión como si fuera una sombra, pero que el contrario o la compensación a esto es la expresión artística, la creatividad (luz).

En perfecta sincronía, y en esas noticias faranduleras a primera vista superficiales, una amiga me envió el link la primera entrevista a TV que brindó a un medio mexicano Shakira. La avancé y justo salió Shakira mencionando que el contrario a la depresión es la expresión artística y que por eso ella lo había utilizado como medio de desahogo. Pensé ¡qué casualidad!, me persigue… ¿casualidad?, ¡qué enredo!, algo debía de unir…

Y entonces sí, estos puntos adquirieron un orden, justo hoy luego de una invitación de una amiga muy querida a quien no veía en años, quien de repente me invitó a un desayuno en conjunto con otras 50 mujeres y me dijo: “he estado orando por vos”. Y como el tiempo de Dios es perfecto, fue justo ahora, ni antes ni después. Iniciaré con Mariamalia un grupo de estudio de Biblia pronto, y no puedo esperar. Hoy me invitó a escuchar escuchar a sus hijos, voces angelicales, llenos de dones.

El salmo del que se habló en el evento fue del 18 y justo allí, brotaron en llanto mis angustias, la ansiedad que he venido acumulando hace meses, porque yo sabía que se avecinaba una prueba, la sentí venir y me ha hecho estar inquieta, con un nudo en la garganta y el estómago, triste…ahogada en llanto escuchaba a los gemelos Felipe y María José Castillo cantar “Asombro”, y entonces me abrazó surgió la niña. En físico mi hija menor de ya casi 11 años y en espíritu mi niña, la interna, esa que tiene esa capacidad de asombro y que andaba extraviada, quien se deslumbró al conocer a Jesús hijo y a Dios Padre a los casi 11 años, cuando su padre, en medio de su sentencia de muerte le leyó la Biblia entera durante tres meses. Allí nací porque su legado fue mostrarme al Padre celestial, al gran Padre, quien me cuidaría en su ausencia y de quién me aferraría en todos estos años en los que me ha hecho y me sigue haciendo demasiada falta mi padre terrenal.

Durante muchos años he estado bloqueada. Mi memoria, mis emociones. Como si el tubo estuviera cerrado con goma loca y no saliera una gota, ni de recuerdos ni nada. No he podido soñar con mi padre terrenal aunque lo intente con todas mis fuerzas, he olvidado muchos capítulos de mi niñez, sobre todo los más dolorosos. Pero desde hace algunas semanas, sin razón aparente, he puesto una foto con mi padre terrenal en la mesa de noche. Esta foto merece un artículo o mención por sí misma, allí les contaré…

Vuelvo entonces a los puntos, esos que se conectan. Me baso en un discurso maravilloso que dio Steve Jobs, ya cuando estaba enfermo en una graduación de una universidad estadounidense. Dejo acá el link por si quieren ampliar y que así entiendan los puntos a los que me refiero…

Solo que yo le agrego de título a Dios, porque yo no creo en las coincidencias, sino en las Diosidencias, y con esto en mente es que me guió a unir los puntos. Creo que me tomó mucho tiempo, se que Dios quería que yo los uniera antes, pero hoy fue el día y 2023 el año, lo siento en mi corazón…

https://www.youtube.com/watch?v=lC6SRuGtIJ4 •“El conectar puntos” de Steve Jobs Primera parte de su famoso discurso en la Universidad de Stanford del 12 de junio del 2005: en referencia a que todo lo que le había sucedido en el pasado, le llevó a ser quien fue.

Los puntos se unieron ante mis ojos porque necesitaba fortaleza y esta viene de DIOS. Este Salmo 18 es una belleza y me encontró hoy… Me recordó al versículo que me dedicó mi Padre sobre la mano victoriosa que no me suelta y me muestra el camino, también inspiración para otro post. Y a este que me acompañó en la que fuera mi primera y única maratón (acá pueden leer este artículo, aunque voy a hablar de esto también en otra ocasión). El versículo es este:

“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; No temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en donde quiera que vayas”. Josué 1:9

El otro punto que uní fue el sueño que tuve hace poco. Ya les comenté que llevo años bloqueada, no sueño… bueno, dicen que uno siempre sueña pero que no se acuerda. De este me acordé perfectamente y fue algo tan lindo, que desperté feliz, plena con un gozo que solo había sentido al ver por primera vez a cada una de mis hijas al momento de nacer. Tanto así que sentí la urgencia de escribirlo y de contarlo para que no se me olvidara.

En el sueño estaba midiéndome un pantalón negro de talle alto y hasta podía escuchar a mi consciencia pensar, “este es el que me hace ver delgada”. De repente recordé que hacía meses no me había bajado la menstruación. Era curioso, porque podía escuchar mis pensamientos, hacían cuentas incrédulos. Entonces en el sueño mi “yo” entendió todo, estaba embarazada. Y otra vez la mente: “pero cómo, es imposible”, la parte racional no paraba de hablar. A pesar de la congoja ( tengo 46 años, tres hijas y además estoy operada para no tener más hijos), no sentía duda, ni miedo, ni angustia, ni preocupación. Escribí esa mañana: ” ¡Sí! Sentí ilusión, una indescriptible, algo que no sentía hace mucho tiempo, porque he tenido los sueños bloqueados, no me los he permitido”.

Continuaba en el sueño e iba de camino a hacerme un ultrasonido, cuando sentí un hormigueo en el vientre. Por tener tres hijas y uno en el cielo, pude identificar lo que se siente la primera vez que una personita se mueve adentro, profundo, sutil y a la vez imponente. Esas mariposas, ese cosquilleo, ese fluir, ese volcán. Ese río, ese huracán. ¡Es tan emocionante!. Es regocijo, es alegría que hace llorar con lágrimas dulces. Un movimiento de vida, un orgullo, un SER portadora de vida, una bendición. Fue tan real… que pude revivir la sensación de mis cuatro embarazos anteriores y lloré de asombro, lloré mucho, de pura y completa felicidad…

Y entonces desperté, llena de júbilo, en una sensación que atesoré y que me hizo preguntarme el porqué me había alejado del gozo del Señor, ese que me hizo sentir completa y suficiente, ese que me devolvió la ilusión, ese con quien puedo tener proyectos en conjunto como lo he venido añorando, ese que no me ignora, que no abandona, que no rechaza y que ama de forma incondicional.

Pero en ese momento, esa mañana al despertar todavía no entendía el propósito. ¿Qué iba a nacer? ¿Qué vendría? Lo sentía en mi corazón, solo tenía que entender…

Con mucha reflexión tomé la decisión personal de ejecutar el sueño del libro en este 2023, de volver a escribir, y me dije: este es el mensaje y el camino. Pero hoy, la Palabra de Dios me habló, encontré la fortaleza y sé, que hoy mi niña despertó en mi con “Asombro”, un cántico que en cuanto tenga la letra la compartiré. Fue como si mi niña me abrazara y me dijera que todo estaría bien y así fue, porque mi hija de casi 11, me abrazó y me arrulló, mientras yo lloraba pero no desconsolada sino consolada, reconfortada.

Hoy confío, me apropio y digo “Dios mío”, quiero edificar sobre TU roca… cambiar mis castillos en el aire y mi amor romántico “imposible” por TU amor incondicional, por TU fuerza que es la mía, mi escudo, mi salvación y mi alto refugio. Sí, alto como los aviones que están capacitados para volar por encima de una tormenta, de un huracán, para verlos desde arriba con un sobrevolar pausado y en cámara lenta, hasta convertirlos en inofensivas nubes negras.

Hoy renací liberada de muchas expectativas del mundo que abandona, que no llena aunque se coma mucho, con promesas fugaces y tembeleques “Te amo” que se caen en un instante, que se hunden por el ego, el orgullo y de mucho ruido. De prioridades terrenales que consumen el tiempo, pero que al no llenar el espíritu hace a la vida colarse entre los dedos, como arena escurridiza.

Hoy conecté los puntos y me deslumbró su figura, el verdadero amor personificado en una fuerza que se mueve dentro de mi, en mi vientre. Un embarazo que me dio a luz, pero con la luz de mi Padre celestial. Nos reencontramos y le pregunté por mi padre terrenal, siento que está bien a su lado y sonrío plenamente. Ahora entiendo el sueño y sentí mi energía revoloteando en mi propio vientre. Es un gozo RENACER, ¿adónde te habías ido… Carla, mi niña? Quizás lo pueda escribir algún día… Hoy celebro el tener conciencia de que está viva y te doy la bienvenida niña mía, Dios mío, con los brazos abiertos.

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Carla
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